lunes, 21 de octubre de 2013

La cadena de la evolución


Soy Molisor, aunque mi verdadero nombre no puedo revelarlo. He sido depositario de una información que ha sido secreta desde tiempos inmemoriales y que ahora es necesario que la transmita a otros para que sea comunicada a su destinatario en el momento oportuno. En concreto, acabamos de hacer la comunicación en el planeta Tierra.

El Creador, creó un mundo con vida en una etapa primigenia. Él, directamente intervino en el proceso evolutivo de ese mundo apareciendo en momentos puntuales para dar un avance tecnológico a esta civilización primera. Lo hizo en catorce momentos exactamente. Y, fue en el último de ellos en el que comunicó a esta primera civilización que ellos serían los siguientes en ayudar a otras civilizaciones a evolucionar. En concreto lo harían con doscientas. Luego este proceso se repetiría, ayudando estas doscientas civilizaciones a otras en cantidades similares.

La actuación en cada civilización es muy parecida: abrir los ojos para la elaboración de herramientas, abrir los ojos para la captación del fuego, y luego otras que varían según cada planeta y las condiciones del mismo.

El Creador ama la evolución. Él quiere que sus semillas se desarrollen lentamente y quiere ver cómo en ámbitos similares, nunca iguales, los frutos recogidos dan resultados siempre maravillosos.

Soy Molisor. Soy habitante de una estirpe de la que uno de los objetivos ha sido la intervención en el planeta llamado Tierra. Hemos intervenido veintidós veces. Desde la decisión de que el hombre fuera la especie dominante hasta la entrega de chips inéditos de forma voluntaria a empresas de tecnología. Hemos intervenido en la evolución de las especies, creando las más adecuadas para el desarrollo animal del planeta.

Hemos hecho la comunicación para que, desde la Tierra intervengan en la evolución de otras civilizaciones, mas para eso todavía quedan quinientos años terrestres. Pero, por primera vez tenemos dudas. Algo nos hace creer que el hombre no es una raza adecuada para este fin. No tiene la paciencia de intervenir desinteresadamente. Siempre quiere obtener algún beneficio en todo lo que hace.

Y esto no es negociable, la ayuda a otras civilizaciones está dictada por el Creador, y Él es hermético en este punto: si una civilización ha alcanzado el nivel tecnológico suficiente para ayudar a otras que se le asignen y no lo hace, o si lo hace de manera que perjudique a la civilización en ayuda, en un breve plazo será aniquilada.

Por este motivo, estamos en el período de máxima importancia para la Tierra, ya que si en quinientos años no cumple con la misión asignada, el hombre desaparecerá del planeta y le daremos la oportunidad a la segunda raza elegida para dominar el planeta Tierra, que es...

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